Trastornos de ansiedad: Agorafobia
La agorafobia es un miedo a los espacios abiertos, o, a veces, a abandonar el hogar. Se diagnostica cuando la persona afectada experimenta síntomas de ansiedad o ataques de pánico en múltiples situaciones que caen bajo el paraguas de desencadenantes de agorafobia. Los orígenes de la agorafobia pueden ser complejos. Incluyen trauma, alteraciones en la química del cerebro y trastornos concurrentes.
Los síntomas de agorafobia incluyen los mismos síntomas que la ansiedad y los trastornos de pánico. Incluyen dificultad para respirar, dolor en el pecho, temblores, aturdimiento, sudoración y náuseas. La agorafobia también conduce con frecuencia a ataques de pánico, que son episodios de ansiedad más severos que pueden durar hasta una hora.
La agorafobia se definió originalmente como un tipo de trastorno de pánico. Una forma en que a veces comienza la agorafobia es con un ataque de pánico en un centro comercial o en el transporte público. El incidente inicial lleva al miedo a tener otro ataque de pánico en la misma situación, lo que a su vez conduce a evitar esa situación.
Causas
Un desequilibrio de hormonas y neurotransmisores en el cuerpo también puede contribuir a la agorafobia. El reflejo natural de "luchar o huir" está controlado por una cascada de hormonas, incluida la adrenalina, que provocan cambios fisiológicos como el aumento del ritmo cardíaco y la respiración rápida. El desencadenamiento incorrecto del sistema de lucha o huida puede contribuir a la agorafobia.
Además, los desequilibrios de los neurotransmisores pueden predisponer a algunas personas a un aumento de las respuestas al estrés, lo que lleva a la agorafobia. Por último, algunas personas pueden tener un mal funcionamiento en las redes cerebrales que crean miedo, acelerando la respuesta de lucha o huida.
El trauma puede conducir a diferentes trastornos de ansiedad y fobia. Una experiencia infantil adversa, como la muerte de un padre o abuso sexual, puede causar el desarrollo del trastorno.
Otros trastornos mentales como la depresión, la anorexia nerviosa y la bulimia pueden aumentar el riesgo de desarrollar agorafobia. El abuso de alcohol y drogas también puede contribuir. La causa más común de agorafobia es, sin embargo, un trastorno de ansiedad. Algunos trastornos de ansiedad que pueden provocar agorafobia son:
- Trastorno de pánico.
- Trastorno de estrés postraumático.
- Fobia social.
- Fobia específica.
- Herencia.
Se ha encontrado que los trastornos fóbicos, incluida la agorafobia, tienen un componente heredado. Los familiares de primer grado de personas con fobia específica tienen un riesgo de seis a nueve veces mayor para el trastorno.
Algunos estudios han revelado regiones cromosómicas que pueden albergar genes que controlan la susceptibilidad a la agorafobia, pero los estudios de asociación de genes no han revelado hasta ahora nada específico. Estos mismos genes también muestran correlaciones con otros trastornos relacionados con la ansiedad.
Las dificultades con la orientación espacial pueden contribuir a la agorafobia. Las personas sin agorafobia mantienen su equilibrio procesando información del sistema vestibular y combinándola con información visual y propiocepción. Se ha encontrado que las personas agorafóbicas tienen una alta tasa de función vestibular débil, confiando más en señales visuales y táctiles. Cuando las señales visuales son dispersas, como en espacios abiertos, o cuando están inundadas, como en una multitud, pueden desorientarse.
Síntomas
Los síntomas físicos de la agorafobia se parecen a los de una ansiedad o ataque de pánico. Esos podrían incluir:
- Falta de aliento.
- Dolor de pecho.
- Temblores.
- Aturdimiento.
- Transpiración.
- Náuseas.
Los síntomas cognitivos de la agorafobia se relacionan con pensamientos sobre la situación o los síntomas. Algunos de esos pensamientos podrían ser:
- Miedo a la vergüenza frente a los demás.
- Miedo a morir.
- No poder escapar en caso de ataque de pánico.
- Miedo a la locura.
- Miedo a perder el control.
- Miedo de atraer la atención.
- Preocupación por no poder sobrevivir solo.
- Ansiedad general o temor.
La agorafobia conduce a ciertos patrones de comportamiento característicos. Algunos comportamientos asociados con la agorafobia son:
- Evitar situaciones desencadenantes como lugares concurridos y transporte público.
- No poder salir de la casa.
- Necesitar un compañero de confianza para salir.
- Evitar viajar.
Diagnóstico
Aunque antes se consideraba que la agorafobia se caracterizaba por ataques de pánico, los datos epidemiológicos han demostrado que la agorafobia existe sin síntomas de pánico en gran medida. También hay evidencia de que la agorafobia sin ataques de pánico también puede llevar a limitaciones funcionales importantes, y que la agorafobia es independiente del trastorno de pánico (y otros trastornos) en la gravedad, el curso y el resultado. Sin embargo, la agorafobia y el trastorno de pánico aún pueden coexistir.
Agorafobia y fobia específica
La agorafobia se basa en el miedo a situaciones que pueden agruparse en cinco categorías. Esas categorías son:
- Transporte público.
- Espacios abiertos.
- Espacios públicos cerrados.
- Multitudes o estar de pie en una fila.
- Estar fuera del hogar, en general.
El miedo o la ansiedad deben presentarse en dos de las cinco situaciones anteriores para cumplir con los criterios de agorafobia. Si sólo se presenta una situación, el diagnóstico es de fobia específica. La agorafobia también difiere de una fobia específica en términos de las consecuencias temidas. Si la situación se teme debido a la ansiedad esperada o a las respuestas de pánico, entra en la categoría de agorafobia. Si la situación se teme por otros motivos, es más probable que sea una fobia específica.
Los síntomas de agorafobia deben estar presentes por seis meses para un diagnóstico de agorafobia. Esto es consistente con otros criterios para los trastornos de ansiedad.
Una evaluación de la agorafobia generalmente comienza con una evaluación de los síntomas. Los síntomas incluirían ansiedad o pánico en dos o más de las categorías de situación descritas anteriormente. Estas situaciones se evitan por completo o se soportan con ansiedad extrema.
La evaluación puede incluir una entrevista en profundidad con un médico o psicólogo, y un examen físico para descartar otras afecciones. La agorafobia puede parecerse a algunos otros trastornos, como la fobia social, una fobia específica, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de estrés postraumático o el trastorno de ansiedad por separación. Si los síntomas se identifican y no hay otra afección subyacente, se realizará un diagnóstico de agorafobia.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento para la agorafobia incluyen:
- Terapia cognitiva: este tipo de terapia se basa en cambios en los patrones de pensamiento que desencadenan los síntomas.
- Terapia conductual: el objetivo de la terapia conductual es cambiar los comportamientos dañinos. Esto puede hacerse por exposición gradual a situaciones temidas.
- Terapia cognitivo conductual: en la terapia cognitiva conductual, se usa una combinación de los dos enfoques.