Mariquita encarnada, llena de lunares.
Salpicado de negro su bonito traje.
Todas las mañanas, a primera hora,
ya despierta, se peina, se lava y hace sus cuentas.
¡ Uno, dos, tres, cuatro, cinco y...¿seis?
-¡Oh, me falta otra vez!
-¡Papá, papá, ven a contar!
¿ A ver Mariquita, qué pasa hoy?
-¡Que he perdido mi lunar!
-El padre paciente, sonrie, la besa y comienza...-
¡Uuno, doos, trees, cuatro, cinco y...!
-¡Levanta las alitas! ¡ Ya está Mariquita!
¡Y seis! ¡ Lo encontramos otra vez!
Poesía enviada por Fabiola D.G.