Ser madre primeriza incluye tanto la ansiedad como el miedo - la ansiedad de llevar a un bebé primero en tu vientre y luego en tus brazos, y el miedo de qué pasa si algo malo sucede, aunque nadie quiere que ese "algo malo" realmente suceda pero aun así eso es un miedo, ¿verdad?
El mío fue un parto por cesárea con un buen embarazo (sólo con algunos problemas de salud típicos). El día en que mi bebé llegó a mis manos, estaba totalmente confundida por las emociones que tenía... Estaba feliz porque se había hecho realidad un gran logro de mi vida, pero también tenía algo de preocupación: ¿Cómo lo haré? ¿Cómo voy a ser la mejor madre, cómo voy a dar lo que mi hijo quiere, cómo voy a entender sus necesidades? Había muchas preguntas.
Estas preguntas no se debían a que no tuviera ninguna persona mayor en casa, sino a que los tiempos han cambiado mucho, y con estos cambios también han cambiado las técnicas de crianza. Con la esperanza y la fuerza de que todo saldrá bien, comenzamos nuestro viaje de crianza.
Desde el baño hasta los masajes con aceite, pasando por los productos para bebés, la ropa, los pañales, los médicos, la leche de fórmula y todo lo demás, todo nos ponía muy nerviosos como si quisiéramos que todo fuera lo mejor... nos suscribimos a muchos canales de YouTube, leímos muchos blogs, investigamos muchas cosas, descargamos muchas aplicaciones, publicamos muchas preguntas, esperamos ansiosamente las respuestas e hicimos todo lo posible para cuidar y proteger a nuestro pequeño.
Pero con todos estos esfuerzos había momentos en los que me parecía que todo el mundo es perfecto y sólo tenía una pregunta: ¿soy una mala madre que no es capaz de cuidar a su hijo? Esta pregunta solía surgir cuando mi hijo estaba enfermo, no se alimentaba bien, no ganaba peso....
Aunque este viaje es para toda la vida, ¡lo conseguimos! Mi hijo tiene ahora veinte meses y nosotros, como padres, también hemos crecido con él. La crianza nunca ha sido fácil, ya sea para alimentarlo, hacerlo dormir, jugar, etc. Pero nos esforzamos al máximo para dar lo mejor de nosotros mismos.
Compartir los conocimientos y la experiencia puede marcar la diferencia, y eso es lo que estoy aprendiendo. Para todas las nuevas mamás, no os sintáis nunca una mala madre ni sintáis que es una fase difícil. Todo pasará. Sólo tened paciencia, y seguid amando, ya que esta época no volverá a repetirse con vuestro hijo. Disfruta y ten a tu alcance buena información, familia, amigos y médicos para que nunca sientas que eres una mala madre.
Todo lo mejor y feliz crianza para todas. Sigan siendo bendecidas y sigan sonriendo.
Testimonio María P.
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