La hipertensión arterial en el embarazo es una complicación habitual que se presenta al menos en el 10% de gestaciones. Esta enfermedad transitoria ha de ser controlada minuciosamente por los profesionales sanitarios ya que puede traer consecuencias negativas al embarazo tales como retraso en el crecimiento intrauterino (RCIU), muerte intrauterina, parto prematuro, entre otras.
¿Qué causa la hipertensión durante el embarazo?
La hipertensión gestacional, la hipertensión crónica y la preeclampsia/eclampsia son algunas de las causas más comunes de las complicaciones que se producen durante el embarazo. La hipertensión crónica también suele denominarse hipertensión "esencial" porque la causa exacta suele ser desconocida, aunque algunos piensan que está relacionada con la fase de implantación del embarazo. Cuando el feto se implanta en el útero, los vasos sanguíneos están normalmente tranquilos y funcionan correctamente. En las mujeres que padecen hipertensión inducida por el embarazo o preeclampsia, estos mismos vasos se contraen provocando un aumento de la presión arterial.
¿Cómo se diagnostica la hipertensión inducida por el embarazo?
En cada control prenatal se toman las constantes vitales de la madre. Si las lecturas de la presión arterial aumentan constantemente o miden alrededor de 140/90 mmHG, se diagnostica hipertensión. La hipertensión diagnosticada antes del embarazo y antes de las 20 semanas suele denominarse hipertensión crónica, mientras que la hipertensión que se detecta por primera vez después de las 20 semanas se denomina hipertensión gestacional o preeclampsia si se dan ciertos resultados adicionales.
¿Quién puede presentar hipertensión inducida por el embarazo?
Las mujeres que se quedan embarazadas antes de los 20 años o después de los 35 suelen ser diagnosticadas de hipertensión inducida por el embarazo. Los antecedentes de diabetes, la hipertensión, el nacimiento de gemelos o trillizos y el hecho de ser afrodescendiente pueden aumentar las probabilidades de desarrollar hipertensión durante el embarazo.
Hipertensión arterial en el embarazo
La hipertensión es la complicación más común del embarazo.
Existen cuatro tipos de presión arterial durante el embarazo, que debemos tener en cuenta, son las siguientes:
- Hipertensión arterial crónica (previa al embarazo). Si aparece antes de las veinte semanas de gestación. Es más frecuente en mujeres con más hijos. La tensión suele ser moderada o severa y puede darse aumento en los valores de ácido úrico en sangre.
- Hipertensión arterial provocada por el embarazo (preclampsia). Es consecuencia directa del embarazo y por norma general desaparece tras el parto. Se presenta después de las veinte primeras semanas de gestación. Y es más frecuente en mujeres primíparas. La tensión es moderada o severa, con aumento del ácido úrico en sangre. Puede darse daño renal y hepático y disminución de las plaquetas en sangre.
- Hipertensión arterial crónica con preclampsia añadida. A la enfermedad crónica se añade la hipertensión por embarazo. Se da en mujeres con más hijos (multíparas) y se da antes de las veinte semanas de gestación. Los valores de tensión son severos y hay un aumento del ácido úrico en sangre. Es un cuadro peligroso ya que además puede darse convulsiones, daño renal, daño hepático y disminución de plaquetas en sangre.
- Hipertensión arterial gestacional. Se trata de una hipertensión transitoria y aparece de modo tardío en el embarazo. Suele ser leve y desaparece tras el parto. Se da después de las 36 semanas de gestación tanto si hablamos de primíparas como multíparas. Los valores de tensión son moderados y no hay aumento de ácido úrico en sangre ni otras complicaciones más graves.
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La toxemia del embarazo (o preeclampsia) se define como:
La aparición de la hipertensión asociados a la proteinuria (pérdida de proteínas en la orina).
Los valores a tener en cuenta y que nos deben alertar son los siguientes:
Si la presión arterial sistólica es superior a 120 mm Hg y además la presión arterial diastólica es superior a 90 mm Hg.
La medición de la presión arterial ha de realizarse tras 10 minutos de reposo, sentada y con el aparato medidor a la altura del corazón. Si se detectan valores elevados, se deberá repetir la prueba tras 4 horas de reposo. De este modo se podrá confirmar el diagnóstico de un modo fiable.
Síntomas de preeclampsia (o toxemia del embarazo)
Los síntomas de la toxemia en el embarazo son bien conocidos:
- Edema.
- Dolores de cabeza.
- Manchas como moscas que vuelan delante de los ojos.
- Zumbidos en los oídos.
Los signos biológicos están dominados por:
- Proteinuria.
- Hemoconcentración.
- Anomalías de la coagulación.
- Plaquetas bajas.
- Problemas de hígado.
- Hiperuricemia.
Diferentes tratamientos permiten controlar el estado materno hasta el parto, que es el verdadero tratamiento de esta complicación.
Qué tratamiento se debe seguir en caso de hipertensión en el embarazo:
Si se trata de una hipertensión grave, el feto está maduro y no hay riesgos añadidos, se recomienda provocar el parto. En caso de fetos inmaduros o riesgos considerables se continuará con la gestación pero bajo un control muy exhaustivo, analíticas de sangre y orina, evaluación del fondo de ojo, ecografías y monitorización fetal. Según la gravedad de la hipertensión el médico valorará la frecuencia de dichas pruebas.
Eclampsia: una complicación de la preeclampsia
La eclampsia se refiere a la aparición de convulsiones (similares a la epilepsia) durante el embarazo, pero después de la preeclampsia (o toxemia del embarazo). Esta última puede adoptar diferentes formas en función de su gravedad y de los órganos afectados (hígado, riñón, cerebro...). La eclampsia caracteriza el daño cerebral. Es la etapa final de la evolución del embarazo con toxemia.
Hoy en día, su aparición es poco frecuente gracias a la gestión óptima de la hipertensión durante el embarazo.
Más concretamente, se trata de una crisis convulsiva tónico-clónica debida a un daño cerebral secundario a la hipertensión. La ausencia de tratamiento urgente conduce a un estado de malestar eclámptico más o menos asociado a un coma.
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