La experiencia del parto de cada mujer es diferente. Además, la experiencia del dolor de cada madre durante el parto varía mucho. Por ello, debes sentirte libre de adoptar el enfoque, farmacológico o no, que más te convenga para controlarlo, teniendo en cuenta tus necesidades y deseos.
Dar a luz sin medicación
El manejo del dolor es el principal reto durante el parto. Tu nivel de preparación y la confianza en tus capacidades son los dos elementos principales que predecirán tu respuesta. Otros factores, como tu estado psicológico, tu cansancio, la posición del bebé en la pelvis o tu estado de salud, también pueden influir en tu percepción del dolor durante el parto.
Algunas mujeres quieren dar a luz sin utilizar métodos farmacológicos para aliviar el dolor. Otros optan por utilizar primero métodos alternativos y luego recurren a una intervención on medicación si lo consideran necesario.
Los distintos medios de alivio del dolor pueden ser complementarios, tanto farmacológicos como no farmacológicos. Se pueden utilizar diferentes enfoques para aliviar el dolor sin medicación. Aquí están los más utilizados. Puedes indicar qué métodos te interesan en tu plan de parto.
Asistencia en el parto
El apoyo que recibas durante el parto es esencial para ayudarte a controlar el dolor. Es más eficaz si está presente desde el inicio del parto.
Por este motivo, asegúrate de que esté presente tu pareja o alguien importante para ti. La persona que te acompañe podrá responder a tus necesidades, consolarte y facilitar la comunicación con el personal sanitario.
El apoyo continuo durante el parto ayuda a reducir:
- la duración del trabajo de parto.
- el número de intervenciones médicas, favoreciendo así el parto vaginal.
- la percepción del dolor.
- la administración de analgésicos.
- la ansiedad, estando más relajada para afrontar las dificultades.
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Movimiento y variación de posiciones
Caminar entre las contracciones y cambiar de posición con frecuencia estimulará el progreso del parto. Esto facilita el descenso del bebé en la pelvis, al tiempo que disminuye tu percepción del dolor y aumenta tu comodidad y el bienestar de tu bebé.
Durante el parto, es aconsejable cambiar de posición cada 15 o 30 minutos. Así que no dudes en moverte y seguir tus instintos. Una mujer de parto es capaz de sentir lo que su cuerpo necesita y reconocer las posiciones que no le convienen.
En general, sin embargo, se recomienda evitar estar tumbado boca arriba durante más de 30 minutos. Esto puede reducir el suministro de sangre al bebé y provocar una caída de la presión. También puede reducir el diámetro de tu pelvis, dificultando el paso del bebé. Además, la posición de espalda suele ser menos cómoda que otras posiciones.
Entre las posturas eficaces que se pueden adoptar durante el parto se encuentran las siguientes;
- Posición vertical (sentada, semisentada, de pie, en cuclillas, colgada): acelera la dilatación cervical y ayuda al descenso del bebé.
- Posición lateral (tumbada de lado): permite el descanso a la vez que facilita el progreso del parto.
- Gatear o inclinarse hacia delante: puede ayudar al bebé a girar.
Hay una serie de accesorios que pueden ayudarte a adoptar una posición más cómoda:
- La pelota: Ayuda a sostener el perineo y la espalda baja. También mejora la postura, el equilibrio y la coordinación.
- Banco de parto: Puede ayudarte a estar más cómoda en posiciones de cuclillas.
- Barra: Es muy útil para las posiciones colgantes.
- Cojines: Se pueden utilizar para aliviar los puntos de presión o para ayudar a inclinar la pelvis al acostarse.
- Un sillón de masaje: Está especialmente adaptado para dejar espacio al vientre.
Puedes practicar con estos accesorios durante el embarazo para estar más cómoda el día del parto. Te sentirás más en control de tu cuerpo y más segura si estás en movimiento.
Durante la segunda fase del parto, es importante variar las posiciones cada 15 minutos:
- Posición en cuclillas: aumenta las dimensiones internas de la pelvis.
- Posición lateral (tumbada de lado): modifica el eje de la pelvis, lo que aumenta las dimensiones y disminuye la presión sobre el periné.
- Posición de gateo: favorece la rotación del bebé.
- Posición sentada o semisentada: puede favorecer la contracción del útero (y, por tanto, acortar la duración de la segunda fase del parto) y el descenso del bebé en el canal del parto. Esta posición también permite a las madres ver mejor a sus bebés.
Técnicas de relajación y respiración
El miedo y la ansiedad pueden provocar una tensión muscular que aumenta la percepción del dolor. Las técnicas de relajación son útiles para aumentar la sensación de calma y desviar la atención del dolor.
Un ambiente tranquilo, cálido e íntimo es un buen punto de partida para reducir el dolor durante el parto. Por ejemplo, atenuar las luces y poner música suave puede ayudar.
Según algunos expertos, añadir un aceite esencial al agua del baño o al aceite de masaje puede mejorar el bienestar, reducir la ansiedad y disminuir la percepción del dolor. También puede aplicar una gota en la muñeca, el hueso de la ceja o la almohada. Este enfoque se conoce como aromaterapia.
Los métodos de respiración son eficaces para reducir el dolor y aumentar tu satisfacción con el parto. Es preferible respirar lenta y profundamente. Cuando son conscientes y no automáticas, favorecen la relajación y aseguran una buena oxigenación del bebé. Hay que evitar la respiración rápida porque puede provocar una hiperventilación.
Autohipnosis
La autohipnosis y las técnicas relacionadas, como la sofrología, pueden ayudarte a experimentar tu parto en el momento presente y a visualizarlo positivamente. El objetivo es alcanzar un nivel de concentración en el que la percepción de las sensaciones dolorosas se reduzca y se sustituya por pensamientos agradables. La hipnosis no está recomendada para personas con antecedentes de psicosis o trastornos psiquiátricos.
Masajes
Ser acariciada, recibir un masaje o coger la mano de la persona que te acompaña puede hacer que tu dolor sea más soportable, especialmente durante la primera fase del parto. El masaje puede relajar los músculos tensos y reducir la ansiedad. Los expertos explican que el masaje mejora la circulación sanguínea y bloquea la transmisión de sensaciones dolorosas. El masaje también permite la participación de la pareja durante el parto.
Acupresión y reflexología
La acupresión utiliza la estimulación de puntos específicos del cuerpo para proporcionar un efecto anestésico con el fin de reducir el dolor de las contracciones. Como no requiere tanta precisión como la acupuntura, esta técnica puede ser practicada eficazmente por tu pareja con una instrucción mínima. Esta técnica puede tener diferentes efectos en función de los puntos estimulados (por ejemplo, aliviar las náuseas o el dolor, así como estimular el parto o el desprendimiento de la placenta).
La acupresión reduce el uso de oxitocina, un fármaco utilizado para estimular el parto, en pacientes que han roto las membranas amnióticas (pérdida de agua). También reduce el trabajo de parto en unos 50 minutos y disminuye el uso de la cesárea, los fórceps y el vacío.
Al igual que la acupresión, la reflexología pretende reducir el dolor mediante la estimulación de puntos específicos, pero sólo en las manos, los pies y las orejas. El uso de este método durante el parto podría reducir la duración del mismo y regular mejor las contracciones.
El método Bonapace
El método Bonapace es una técnica de preparación física y psicológica al parto mediante la práctica de posturas de yoga, respiración, movimiento y masaje. También utiliza la relajación y las imágenes mentales. Este método otorga al padre un lugar destacado durante el parto, lo que permite a la pareja reforzar su vínculo.
Este enfoque requiere unas semanas de preparación durante el embarazo.
Inmersión en el agua
Para obtener todos los beneficios del baño, el vientre debe estar completamente sumergido en el agua. Estar en el agua te permite moverte más fácilmente y ayuda a tu bebé a colocarse mejor. Además, el calor del agua favorece la circulación sanguínea en el útero y ayuda a relajar los músculos.
Según algunos estudios, el uso de un baño durante la primera fase del parto reduce el dolor, estimula su progresión y mejora la satisfacción materna con la experiencia del parto. El efecto de alivio es más pronunciado al entrar en el agua, y luego el aumento del dolor se percibe más lentamente durante la primera hora de uso.
Sin embargo, después de una o dos horas en el baño, dejarás de sentir los efectos positivos, e incluso puede ralentizar el parto. Utiliza otro método de alivio y vuelve al baño un poco más tarde para recuperar los efectos calmantes y relajantes.
Recuerda: Debes sentirte libre de adoptar el enfoque de control del dolor, tanto si implica medicación como si no. Los diferentes medios no farmacológicos de alivio del dolor pueden ser complementarios.
** Para saber sobre las opciones farmacológicas para el tratamiento del dolor durante el parto, puedes leer: Epidural - Tipos, Duración, Efectos Secundarios, Riesgos...
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