Muchos de nosotros nos perdimos de niños de la vista de nuestros padres al menos unos minutos. Cuando se es niño es muy fácil despistarse por cualquier tontería y perder a los adultos que lo acompañan.
Que un niño o niña se pierda puede ocurrir con facilidad por mucho que los padres o personas a cargo de niños se esfuercen por evitarlo. En una tienda o calle con multitud de gente, en la playa, en la piscina, en el parque, en cualquier sitio puede ocurrir.
Cualquier cosa que puede hacer desviar su atención y en un segundo desaparecer de nuestro lado.
El sentido del tiempo, del espacio y del peligro que tienen los niños es muy limitado, es por esto que hay que extremar la vigilancia, pero hay que hacerlo dando a los pequeños un margen para que se muevan, aprendan y experimenten por ellos mismos, sin llegar a sobreprotegerlos. Es decir hay que estar pendientes y en alerta, pero sin exagerar para que puedan desarrollar sus propias capacidades y recursos, para que en un futuro sean adultos autónomos.
Solemos decirles a los niños que si se pierden vayan a un lugar determinado, por ejemplo, si estamos en la playa, damos como referencia el quiosco con el toldo verde. Pero muchas veces cuando se sienten perdidos y asustados, algunos niños no son capaces de recordarlo o de decir su nombre si le preguntan.
Hasta que no superen los 5 ó 6 años y empiecen a conocer mejor el entorno y a distinguir personas de referencia, como un policía o un vigilante al que acudir, los simulacros en caso de pérdida no suelen funcionar. Por eso, lo más aconsejable es hacerles entender que cuando se vean perdidos no se muevan del sitio, que mamá y papá lo encontrarán.
Aunque aún no entienda bien las cosas y no siempre lleve a la práctica los consejos que se le dan, lo mejor es inculcarle pautas básicas desde el principio:
- Ir de la mano del adulto siempre que se le pida. Debe saber que nunca debe cruzar una calle solo.
- Que aprenda su nombre y apellidos.
- Recordarle siempre que si se pierde no se mueva del sitio, que no salga del recinto donde está (parque, tienda, etc.) y que se moverá cielo y tierra para encontrarle. Se le puede animar a que en casos así grite o llore para conseguir ayuda.
- Enséñale que no debe aceptar regalos de desconocidos nunca, a no ser que cuente con tu permiso.
- Es muy útil que lleve encima sus datos personales con un teléfono de contacto. Puedes usar etiquetas para ropa o una chapa colgada al cuello.
- Si van a ir a un sitio con mucha gente, a la playa o al campo, puedes ponerle prendas o un gorro o unos manguitos de colores llamativos.
- Si se pierde en un centro comercial, comunica inmediatamente a los servicios de seguridad.
Una vez se encuentre al niño, evita gritarle o zarandearle, está claro que no se ha perdido queriendo y seguro ha pasado unos momentos horribles. Hay que mostrarle la alegría de haberle encontrado y abrazarlo, para que recupere la calma y se sienta seguro. Cuando pase un rato y todas las partes estén más tranquilas es conveniente hablar de lo ocurrido.