La hora del baño es mucho más que un ritual de higiene para los niños y especialmente, para los bebés.
De hecho, lo ideal es que los niños puedan ver la hora del baño como un juego, por ello, debe haber al menos un día en la semana en el que puedan pasar más tiempo en la bañera del habitual. Está claro que en medio de la rutina semanal no es fácil detenerse en este aspecto porque después del baño, llega la cena y luego, es hora de ir a la cama.
Los bebés se relajan mucho gracias a un baño. Especialmente, ahora que en el otoño, las bajas temperaturas hacen acto de presencia y puede entrarse en calor gracias al agua que aporta un bienestar corporal más que evidente. De hecho, el estado de relajación después de un baño puede ser tan elevado que por eso se recomienda bañar a los bebés antes de acostarse. De este modo, una vez relajados dormirán mucho mejor.
Cuando los bebés son muy pequeños no es aconsejable bañarles en la bañera que es muy grande. Sin embargo, puedes comprar cómodas bañeras de plástico que son de un tamaño más reducido y puedes utilizarlas en el lugar de la casa que a ti te sea más cómodo. Por otro lado, igual que los niños tienen peluches, también es positivo que tengan algún juguete para jugar mientras están en el agua. Por ejemplo, patos que flotan.
Los niños una vez que van al colegio tienen una agenda muy agitada, por ello, se aconseja que se les bañe cada día. En definitiva, el baño forma parte de la rutina de los peques, lo adecuado es que este hábito siempre se lleve a cabo a la misma hora para que los peques se acostumbren.