Las amígdalas son dos pequeñas almohadillas de tejido glandular (linfático) ubicadas a cada lado de la parte posterior de la garganta. Son parte del sistema inmunológico. Producen anticuerpos y glóbulos blancos (linfocitos) para atacar los gérmenes dentro de la boca. Esto hace que las amígdalas formen parte de la primera línea de defensa contra las bacterias en los alimentos o el aire.
Las amígdalas son relativamente pequeñas en el primer año de vida de un bebé y aumentan de tamaño a medida que el niño crece. Suelen alcanzar su mayor tamaño entre los cuatro y los siete años.
La amigdalitis ocurre cuando las amígdalas se infectan y puede ser causada por bacterias o virus. La amigdalitis puede desarrollarse en personas de todas las edades. Sin embargo, los adultos que contraen amigdalitis generalmente han tenido más infecciones en sus vidas, por lo que ya no se enferman con tanta frecuencia como los niños.
Los síntomas de la amigdalitis
Los síntomas de la amigdalitis incluyen:
- Manchas de pus blancas o amarillas en las amígdalas.
- Dolor de garganta, aunque algunos niños se quejan de dolor de estómago, en lugar de dolor de garganta.
- Ganglios linfáticos inflamados debajo de cada lado de la mandíbula.
- Dolor al tragar.
- Fiebre.
- Mal aliento.
Bacterias, virus y amigdalitis
Cuando la amigdalitis es causada por bacterias (alrededor del 15 por ciento de todas las infecciones de las amígdalas), generalmente es una bacteria estreptococo. No es fácil saber cuándo la amigdalitis es causada por bacterias; el médico puede hacer un frotis de garganta (frotando suavemente un algodón estéril con un palito sobre la amígdala) y enviarlo para su análisis.
Hay muchos virus que pueden causar amigdalitis. Los antibióticos no ayudan si la amigdalitis es causada por una infección viral.
Complicaciones de la amigdalitis
La amigdalitis puede provocar una serie de complicaciones, que incluyen:
- Amigdalitis crónica: infección de las amígdalas que no desaparece. La persona puede seguir sintiéndose mal y cansada.
- Infecciones secundarias: la infección puede extenderse a la nariz, los senos nasales o los oídos de la persona.
- Oído adhesivo (otitis media) en niños: las adenoides forman parte del mismo grupo de ganglios linfáticos que las amígdalas. Cuando las adenoides se hinchan (generalmente cuando las amígdalas también son grandes), pueden bloquear la trompa de Eustaquio, que va desde la parte posterior de la garganta hasta el oído medio. Este es el tubo delgado por el que empuja el aire cuando se "abre" la oreja. Si este tubo permanece bloqueado la mayor parte del tiempo, se forma un líquido pegajoso en el oído medio que interfiere con la audición.
- Si la infección se propaga al tejido alrededor de las amígdalas, se puede formar un absceso en la garganta, también conocido como absceso periamigdalino. Esto causa un dolor intenso y puede interferir con la deglución e incluso la respiración. Los antibióticos pueden ayudar, pero a veces se necesita una operación para drenar el absceso.
Tratamiento de la amigdalitis
Debido a que la mayoría de los ataques de amigdalitis son causados por virus, la mayor parte del tratamiento tiene como objetivo ayudar a aliviar los síntomas como el dolor y la fiebre. El paracetamol puede ayudar y la persona debe descansar. La mayoría de los niños con amigdalitis no se sienten bien y les duele tragar. Prueba con bebidas frías o helado. No te preocupes si un niño deja de comer durante uno o dos días. Por lo general, se recuperan rápidamente cuando la infección ha desaparecido.
Para la amigdalitis causada por bacterias, se recetan antibióticos.
Amigdalectomía
Si los ataques de amigdalitis se vuelven frecuentes y graves, o causan complicaciones, el médico puede sugerir una operación, conocida como amigdalectomía.
Las razones para la amigdalectomía pueden incluir:
- Ataques recurrentes de amigdalitis acompañados de dolor, malestar y fiebre alta.
- Amigdalitis crónica que no desaparece con antibióticos.
- Infecciones de oído frecuentes asociadas con amigdalitis.
- Dificultades respiratorias debido al agrandamiento de las amígdalas.
- Abscesos que se forman en la garganta (abscesos periamigdalinos o angina).
- Un niño que no progresa debido a la dificultad para tragar debido a infecciones frecuentes y agrandamiento de las amígdalas.
Problemas médicos para considerar antes de la amigdalectomía
Antes de realizar una amigdalectomía, el médico hará un chequeo físico completo. La almohadilla para las amígdalas tiene un gran suministro de sangre y se tomará nota especial si tiene alguna tendencia anormal a sangrar. El médico verificará si las amígdalas están inflamadas activamente y, de ser así, recetará antibióticos durante algunas semanas para controlar la infección antes de la cirugía.
Procedimiento de amigdalectomía
La amigdalectomía se realiza bajo anestesia general. El cirujano abre la boca de la persona y sujeta sus amígdalas con instrumentos especiales. El tejido glandular está contenido dentro de un revestimiento de piel que el cirujano corta con bisturí, tijeras, láser o corriente eléctrica (electrocauterio). Luego, el cirujano extirpa las amígdalas. Cada almohadilla para las amígdalas tiene un suministro de sangre sustancial, por lo que a menudo se usa el electrocauterio para fusionar los vasos sanguíneos y reducir el riesgo de hemorragia.
Inmediatamente después de una operación de amigdalectomía
Después de la operación puedes esperar:
- Al despertar, estarás acostado de lado, esto es para evitar asfixia si se produce algún sangrado en la almohadilla de las amígdalas.
- Dolor de garganta.
- Medicamentos para aliviar el dolor, si es necesario.
- El personal de enfermería controlará periódicamente el pulso, presión arterial, frecuencia respiratoria y garganta para detectar cualquier signo de sangrado.
- Durante las primeras cuatro horas después de la operación, probablemente no se permitirá la ingesta de alimentos o líquidos.
- Puede que resulte difícil comer o beber, pero se te animará a hacerlo: cuanto más utilices la garganta, mejor
- Puedes esperar una estadía en el hospital de solo un día aproximadamente.
Complicaciones de la amigdalectomía
Las posibles complicaciones de la amigdalectomía incluyen:
- El dolor puede aliviarse en dos días aproximadamente, pero puede reaparecer hasta seis días después de la operación. También puedes tener dolor de oído.
- Puede haber sangrado excesivo (hemorragia) de las almohadillas de las amígdalas. La mayoría de los casos de hemorragia ocurren dentro de una semana de la cirugía.
- Las costras que se forman en las heridas pueden provocarte un mal sabor de boca.
- Cuidados personales después de la amigdalectomía
- Debes seguir todas las indicaciones del médico, pero las sugerencias generales incluyen:
- No fumar.
- Evitar el ejercicio vigoroso inmediatamente después de la operación.
- Por lo general, debes estar una semana más o menos en casa antes de regresar al trabajo o a clase.
- Evita las áreas cerradas y abarrotadas (como los cines) durante al menos una semana, para reducir el riesgo de infección.
- El dolor de garganta puede durar de dos a tres semanas, pero intenta volver a tu dieta normal lo antes posible.
- Algunos alimentos pueden causar irritación y dolor; evita las bebidas ácidas (como los jugos de frutas cítricas), los alimentos picantes y los alimentos de textura áspera durante aproximadamente 10 días.
- Evita tomar aspirina, ya que este medicamento para aliviar el dolor puede causar sangrado. Solo toma los medicamentos recomendados por el médico o cirujano.
Perspectivas a largo plazo después de la amigdalectomía
Una amigdalectomía no reducirá el riesgo o la frecuencia de problemas como infecciones del tracto respiratorio superior (el resfriado común), infecciones del pecho, laringitis, infecciones del oído medio, sinusitis o alergias nasales. Sin embargo, detendrá la amigdalitis y te permitirá tragar más fácilmente. Probablemente perderás el mal aliento, si eso era un problema.
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