Septicemia
La septicemia (sepsis o envenenamiento de la sangre) es la presencia de bacterias causantes de enfermedades en la sangre. El cuerpo humano es el anfitrión de una variedad de bacterias diferentes que viven inofensivamente en diversos lugares como la boca, la piel, el intestino y el tracto genital. Sin embargo, estas bacterias pueden causar enfermedades si entran en el torrente sanguíneo, especialmente si una persona no se encuentra bien o si su sistema inmunológico no es lo suficientemente fuerte como para mantener a los organismos invasores bajo control.
Esta es la razón por la cual las personas con afecciones médicas preexistentes tienen más probabilidades de tener septicemia. Las infecciones graves, como las de los pulmones, también suelen dar lugar a septicemia. La septicemia es mortal en aproximadamente uno de cada cuatro casos debido a los efectos de un gran número de bacterias multiplicadoras y las toxinas que liberan en la sangre. Las cepas de bacterias más comúnmente responsables incluyen Escherichia coli (E. coli), Pneumococcus, Klebsiella, Pseudomonas, Staphylococcus y Streptococcus. Otros términos para la septicemia incluyen bacteriemia y envenenamiento de la sangre.
Los síntomas
La septicemia a veces no presenta síntomas. Cuando hay síntomas, pueden incluir:
- Fiebre repentina alta con escalofríos.
- Malestar general.
- Síntomas gastrointestinales incluyendo náuseas, vómitos y diarrea.
- Dolor abdominal.
- Confusión y ansiedad.
- Falta de aliento.
- Frecuencia cardíaca rápida (taquicardia).
Un cuerpo sano combate la septicemia
La buena salud es la mejor defensa contra la septicemia. El sistema inmunológico generalmente administra las invasiones a pequeña escala de bacterias en el torrente sanguíneo tan rápidamente que los síntomas ni siquiera tienen la posibilidad de desarrollarse. El cepillado dental, por ejemplo, puede empujar las bacterias de la boca al torrente sanguíneo a través de las encías y puede causar un caso de septicemia de corta duración. Sin embargo, una persona que tiene una condición médica preexistente está en riesgo porque su sistema inmunológico ya está gravado y es posible que no tenga la fuerza para combatir la bacteria. Los recién nacidos y los muy ancianos también están en mayor riesgo.
Situaciones de alto riesgo
Los factores que aumentan el riesgo de desarrollar septicemia incluyen:
- Enfermedad crónica o grave.
- Ciertas afecciones médicas, como diabetes mellitus, enfermedad cardíaca, enfermedad hepática y enfermedad renal
- Neumonía bacteriana severa.
- Graves quemaduras en la piel.
- Cualquier absceso (por ejemplo, dental, cutáneo o posterior a la operación).
- Cualquier enfermedad o tratamiento que provoque ulceración de los intestinos.
- Abuso de sustancias, como el alcoholismo.
- Uso de drogas intravenosas.
- Desnutrición, que debilita el sistema inmunológico.
- Tratamiento antibiótico a largo plazo que cambia la proporción de bacterias en el cuerpo al matar algunas cepas y no otras.
- Terapia de supresión inmunológica, como la que se usa para controlar la infección por VIH.
- Úlceras por presión en la piel, también conocidas como úlceras de decúbito.
- Una herida abierta.
- Trauma mayor.
El tratamiento médico puede causar septicemia
Si una persona tiene algún tipo de tratamiento médico que requiera equipo invasivo, por ejemplo, catéteres, existe el riesgo de que se introduzcan cepas desconocidas de bacterias en su cuerpo. Los ejemplos de tratamientos invasivos que pueden causar septicemia incluyen:
Algunos tratamientos dentales, como el drenaje de un absceso.
- Cirugía que involucra sitios que naturalmente contienen bacterias, como los intestinos.
- Colocación a largo plazo de piezas artificiales, como articulaciones protésicas.
- Catéteres de vejiga, particularmente si la persona tiene infecciones del tracto urinario.
- Uso a largo plazo de agujas intravenosas.
- Tubos de ostomía, como una colostomía (el intestino se vacía a través de un orificio quirúrgico en la pared abdominal en lugar de a través del ano).
Las complicaciones pueden ser fatales
Sin tratamiento médico, las bacterias en el torrente sanguíneo pueden causar complicaciones graves y potencialmente letales, que incluyen:
- Endocarditis: inflamación del revestimiento interno del corazón (endocardio).
- Pericarditis: inflamación de la membrana que rodea el corazón (pericardio).
- Meningitis: inflamación de las membranas que encierran el cerebro y la médula espinal (meninges).
- Osteomielitis - infección ósea.
- Artritis infecciosa - infección articular.
- Shock séptico: caída severa de la presión arterial, que puede provocar insuficiencia orgánica. Esto también se conoce como sepsis.
Métodos de diagnostico
La septicemia se diagnostica mediante el historial médico, el examen físico y los análisis de sangre para verificar la presencia de bacterias. La sangre se puede analizar y cultivar varias veces para identificar las bacterias y controlar los números. Sin embargo, las bacterias pueden ser difíciles de cultivar en el laboratorio. Otras pruebas diagnósticas pueden realizarse en:
- Orina.
- Fluido cerebroespinal.
- Pus de un absceso.
- Flema de los pulmones.
Opciones de tratamiento
La septicemia se trata con antibióticos intravenosos. Dado que el tratamiento rápido puede salvar vidas, el médico generalmente iniciará el tratamiento con antibióticos inmediatamente, incluso antes de que los resultados de las pruebas que identifican la cepa de bacterias regresen del laboratorio. En este caso, se pueden usar dos o tres tipos diferentes de antibióticos al mismo tiempo. Cuando las pruebas han identificado las bacterias particulares que causan la septicemia y qué antibióticos son los mejores para curar, el tratamiento con antibióticos se altera para tratar esas bacterias en particular. Otras opciones de manejo dependen de la causa de la infección y la presencia de complicaciones, pero pueden incluir:
- Extracción de la pieza de equipo invasiva, por ejemplo, el catéter.
- Extracción quirúrgica o drenaje del sitio de la infección primaria, como un absceso.
- Fluidos intravenosos para ayudar a mantener la presión arterial en caso de shock séptico.
- Medicamentos intravenosos para aumentar la presión arterial en caso de shock séptico.