La Salmonella es un microorganismo patógeno el cual causa muchísimas infecciones alimentísias, especialmente en la época de verano, cuando más abunda el calor. Pese a su poca resistencia, su adaptación al medio es muy poderosa.
La salmonela causa infecciones diarreicas en los humanos, esta bacteria se trasmite al consumir alimentos contaminados por las heces de los animales.
Los síntomas más comunes de la salmonelosis son:
- Dolor de cabeza
- Diarreas
- Náuseas
- Vómitos
- Dolores abdominales
Estos síntomas comienzan entre 12 y 24 horas después de la infección. La salmonelosis se diagnostica a través del análisis de las heces en el laboratorio. Se suele tratar con antibióticos e hidratación, todo depende de la valoración del médico en cada caso y del tipo de paciente (bebé, anciano…)
Alimentos que se contaminan con rapidez:
Crema pastelera
Mayonesa
Merengue
Helados artesanales elaborados con huevo crudo y deficientemente conservados
Alimentos cocinados que se mantienen a temperatura ambiente
Carne, pescado y marisco crudo o poco hecho (carpaccios, picadillos…)
Precaución con la carne picada y las aves que se echan a perder con rapidez.
Recomendaciones
Por supuesto hay que tener mucho cuidado en la higiene de nuestras manos
Y lavarlas muy bien las veces que haga falta:
Mientras se prepara la comida, después de ir al baño y antes de comer.
Lavar muy bien todos los alimentos que se van a consumir crudos.
Lavar y desinfectar todas las superficies, utensilios y equipos usados en la preparación de alimentos, y evitar que tengan contacto con insectos o animales.
Aderezar las comidas y salsas con limón ya que este acidifica el PH de los alimentos y disminuye la capacidad de desarrollo y reproducción de la salmonela.
Condimentar con cilantro, este digestivo condimento, tiene un agente químico, que ayuda a debilitar la salmonela.
Tapa la comida, para evitar que moscas y otros insectos, infecten la comida.
Enfriar la comida rápidamente, no dejarla a temperatura ambiente.
Hervir o volver a freír las sobras a 70º como mínimo, durante varios minutos.
Desechar al momento las sobras de ensaladas aderezadas, los carpaccios y las mayonesas caseras y tirar las sobras que hayan permanecido dos días en la nevera.
Separar siempre los alimentos crudos de los cocidos y de los listos para consumir.
Consumir yogur.
El yogurt evita que los gérmenes se reproduzcan a sus anchas, ya que le aporta a la flora intestinal bacterias beneficiosas.