Respiración y estrés
La respiración es una función automática del cuerpo que está controlada por el centro respiratorio del cerebro. Cuando nos sentimos estresados, nuestra frecuencia respiratoria y nuestro patrón cambian como parte de la "respuesta de lucha o huida".
Afortunadamente, también tenemos el poder de cambiar deliberadamente nuestra propia respiración. Los estudios científicos han demostrado que controlar su respiración puede ayudar a controlar el estrés y las condiciones relacionadas con éste. El control de la respiración también se usa en prácticas como el yoga, el tai chi y algunas formas de meditación. Muchas personas usan su respiración para ayudar a promover la relajación y reducir el estrés.
La función principal de la respiración es absorber oxígeno y expulsar el dióxido de carbono a través del movimiento de los pulmones. Los músculos que controlan el movimiento de los pulmones son el diafragma (una lámina de músculo debajo de los pulmones) y los músculos entre las costillas.
Cuando una persona está bajo estrés, su patrón de respiración cambia. Por lo general, una persona ansiosa toma respiraciones pequeñas y superficiales, utilizando los hombros en lugar del diafragma para mover el aire dentro y fuera de sus pulmones. Este estilo de respiración interrumpe el equilibrio de los gases en el cuerpo.
La respiración excesiva o la hiperventilación pueden prolongar los sentimientos de ansiedad al empeorar los síntomas físicos del estrés. Controlar su respiración puede ayudar a mejorar algunos de estos síntomas.
Respuesta de relajación
Cuando una persona está relajada, respira por la nariz de una manera lenta, uniforme y suave. Copiar deliberadamente un patrón de respiración relajada parece calmar el sistema nervioso que controla las funciones involuntarias del cuerpo.
La respiración controlada puede causar cambios fisiológicos que incluyen:
- Presión arterial baja y frecuencia cardíaca.
- Niveles reducidos de hormonas del estrés en la sangre.
- Reducción de la acumulación de ácido láctico en el tejido muscular.
- Niveles equilibrados de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre.
- Funcionamiento mejorado del sistema inmunológico.
- Aumento de la energía física.
- Incrementa los sentimientos de calma y bienestar.
Consideraciones Especiales
Algunas personas encuentran que concentrarse en su respiración realmente provoca pánico e hiperventilación. Si esto te sucede, busca otra forma de relajarte.
Respiración abdominal
Existen diferentes técnicas de respiración para lograr la relajación. En esencia, el objetivo general es pasar de la respiración del tórax superior a la respiración abdominal. Necesitará un entorno tranquilo y relajado en el que no se le moleste durante unos 10 o 20 minutos. Configure una alarma si no quiere perder la noción del tiempo.
Siéntese cómodamente y levante su caja torácica para expandir su pecho. Coloque una mano sobre su pecho y la otra sobre su abdomen. Observe cómo se mueven la parte superior del tórax y el abdomen mientras respira. Concéntrese en su respiración e intente respirar suavemente por la nariz. La parte superior del tórax y el estómago deben estar quietos, permitiendo que el diafragma funcione de manera más eficiente con su abdomen en lugar de su pecho.
Con cada respiración, permita que cualquier tensión en su cuerpo se escape. Una vez que esté respirando lentamente y con su abdomen, siéntese tranquilamente y disfrute de la sensación de relajación física.
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