La escoliosis es una deformación de la columna vertebral que tiene a torcerse o deformarse. Puede tener una curva o incluso varias.
En ocasiones la desviación empeora con el crecimiento por lo que un tratamiento eficaz es imprescindible.
La causa de esta patología es desconocida. Aunque sí se sabe que afecta más a niñas que a niños.
Si se diagnostica de modo precoz el pronóstico es mucho más favorable. A veces puede percibirse a simple vista y los padres pueden acudir prontamente al pediatra. Qué signos nos deben alertar:
- El cuerpo se inclina hacia la derecha o la izquierda de un modo evidente.
- Se nota un hombro más alto que otro.
- Cintura asimétrica.
- Sensación de tener una pierna más larga que otra.
- Pecho hundido.
- Dolor de espalda.
Un exámen rutinario permitirá al médico evaluar si son necesarias más pruebas. Se trata de la prueba de flexión de tronco adelante. El niño deberá inclinarse hacia delante, sin flexionar las rodillas y tocarse los pies con la punta de los dedos. De este modo pueden ver claramente si la columna está desviada.
Si se detecta alguna desviación, se derivará al especialista, el ortopedista. Se realizarán revisiones y controles periódicos para comprobar si la desviación aumenta. Si no fuera así se recomendarían ejercicios, posturas correctas y hábitos saludables. En caso de empeorar se podría optar por la utilización de corsé o en casos más graves de operación.
Lo más habitual es encontrar casos más leves que requieren cuidados y revisiones periódicas. Lo conveniente es realizar ejercicios que desarrollen la musculatura de la espalda. El cuadro de ejercicios lo debe elaborar un ortopedista o bien un fisioterapeuta.
Actividades muy recomendadas para este tipo de pacientes son la natación o el montar a caballo, pues tonifican y refuerzan los músculos. Pero han de ser practicados bajo supervisión especializada.