La aparición de problemas en la espalda es uno de los trastornos más frecuentes en la actualidad.
Aunque el dolor de espalda puede presentarse en cualquier momento sin importar la edad o el estilo de vida, hay personas más predispuestas a sufrirlos e incluso tener una lenta recuperación.
Si eres una de esas personas que sufre continuamente dolores de espalda (cervicales, lumbalgia, ciatica, contracturas), lo más recomendable es citarte con tu traumatólogo en Barcelona para que te realice una exploración física y pueda descubrir la causa del dolor, y así poder tratarte e indicarte las pautas a seguir para aliviar los síntomas, que en la mayoría de los casos impiden hacer una vida normal por el dolor paralizante.
Como ya mencionamos anteriormente, hay algunos factores de riesgo que pueden hacerte más susceptible a padecer molestias y tensiones en la espalda. El sedentarismo, el sobrepeso, el estrés, el trabajo pesado y las posturas inadecuadas son algunos de ellos.
Signos y síntomas
- Dificultad para moverse
- Dolor y rigidez en la espalda y cuello
- El dolor puede aparecer en el momento de la lesión o cuando se fuerza un músculo. Y en otras ocasiones puede irse desarrollando poco a poco o simplemente levantarse de la cama con la molestia.
Diagnóstico
El traumatólogo te preguntará si tienes antecedentes de problemas en la espalda, te hará una exploración y si sospecha que puede haber algún problema como una hernia de disco por ejemplo, realizará las pruebas necesarias.
Tratamiento
En la mayoría de los casos para recuperarse de un dolor de espalda se necesitan de cuatro a seis semanas. En casos más complicados como una lesión de ligamentos el periodo de recuperación se puede prolongar de seis a doce semanas.
Autocuidado y recomendaciones para la prevención de problemas de espalda
Aplicación de frio y calor para aliviar el dolor: Utiliza el frío al principio, varias veces al día sin superar los 20 minutos cada vez. Cuándo el dolor intenso ceda, se aplicará calor no más de 20 minutos.
Practicar ejercicio: Caminar o nadar son las mejores opciones.
Realiza ejercicios específicos para fortalecer los músculos de la espalda y el abdomen.
Hacer estiramientos antes y después del ejercicio reduce el riesgo de sufrir lesiones y da flexibilidad a la musculatura.
Fortalecer las piernas y brazos también ayuda a prevenir lesiones y reduce el riesgo de caídas.
En caso de osteoporosis, fortalecer la espalda ayuda a evitar pequeñas fracturas en los huesos de la columna.
Evita las malas posturas que fatigan los músculos y aumentan la tensión sobre la espalda. Adquiere buenos hábitos posturales.
No permanezcas sentado demasiado tiempo.
No cargues pesos excesivos.
Evita el uso de zapatos con tacón muy alto.
Cuando levantes un objeto del peso que sea, dobla las rodillas, no la espalda. Ponte de cuclillas con la espalda recta y realiza el levantamiento con las piernas. Mantén la carga cerca de tu cuerpo y vete incrementando poco a poco la tensión en los músculos.
La mejor posición para dormir es de lado, con las piernas dobladas hacia el pecho y con una almohada entre las rodillas. Si duermes boca arriba, pon una almohada bajo las rodillas para mantener las piernas ligeramente flexionadas. En el caso de que duermas sobre tu estómago, coloca una almohada debajo. Duerme en un colchón adecuado y que esté en buenas condiciones.
Para prevenir la rigidez evita permanecer mucho tiempo seguido sentado, de pie o conduciendo. Si estás de pie, vete cambiando el peso de un pie al otro. Si por el contrario estás sentado, ponte de pie, camina unos minutos y estírate.
Evita el sobrepeso y mantén un peso saludable.
¿Cómo adquirir una buena postura?
- Cuando estés de pie, mantén los hombros hacia atrás y la cabeza en alto. Aprieta el abdomen hacia adentro y mete la barbilla.
- Cuando estés sentado, comprueba que tus muslos estén paralelos al suelo y no inclines la cabeza hacia adelante. Evita cruzar las piernas.
Consulta cualquier duda con tu traumatólogo y pide que te asesore antes de comenzar a practicar ejercicio.