Cuentos infantiles primavera
HabÃa una vez un gusanito, que se llamaba Mario. Él era muy simpático, pero también vago y travieso.
TenÃa muchos amigos, y él siempre los visitaba ó iban ellos a jugar con él.
Un dÃa Mario dijo: -Hoy voy a ir a visitar a mi amiga, la rosa.
-Pero Mario, le dijo la mamá, - ¡Ya es tarde, además la radio dijo que iba a llover, y la rosa vive muy lejos.
-¡Mamá!- dijo Mario- No pasa nada. Ya soy grande.
- Hijo, pero apenas tienes dos semanas, tienes que atravesar el bosque, cuidarte que no te coman los pájaros ni los sapos.
-¡No pasa nada mami! ¡Yo soy un capo!
-Andá y vuelve rápido, por favor- suplicó, la madre preocupada.
Y Mario salió cantando, saludando a todos los amigos que encontró en el camino, y cuando entró en el bosque, iba por debajo de las hojas para que los sapos y los pájaros no lo descubrieran. Llegó a la planta donde estaba su amiga, la flor de rosa. Empezó a subir despacito y cuidando de no pincharse con las espinas. Y llegó hasta la flor.
-¡Hola rosa! ¿Cómo estás?
- ¡Qué sorpresa Mario!- dijo la rosa - ¡Te esperaba más temprano.!
- Mira, lo que pasa es que me quedé charlando y jugando con los amigos. ¡Pero... ¿No estás contenta de que viniera a saludarte?
- No, no es eso, me encanta, lo que pasa es que es tarde y a las seis oscurece y de noche te puede comer la lechuza. ¡Además está por llover!: - dijo la rosa. ¡Mira como está el cielo todo blanco! - Parece una gran tormenta. Tu familia debe estar muy preocupada.
- ¡ No pasa nada! – dijo Mario. En eso empezaron a caer las primeras gotas. Y se hizo de noche.
- ¡Mario!- dijo la rosa. - ¡Si te vas ahora te va a agarrar la lluvia y te puedes ahogar. ¿Por qué no te quedas a dormir aquÃ. Yo te tapo con mis pétalos. Mario asustado, dijo - Bueno.
Hubo una gran tormenta, y era de plasticola, por eso se veÃa todo blanco. Pasó la noche, la tormenta y vino el dÃa. La rosa despertó a Mario, y le dijo: - Arriba Mario, tienes que irte, porque en tu casa deben estar preocupados.
- ¡Bueno! - dijo Mario, y quiso salir. -Hum…Hum…Hum… (Hizo fuerza y no pudo).
- Ah!, ya sé - dijo la rosa. - ¡Fue la tormenta de plasticola y quedaste pegado a mis pétalos!. ¡has fuerza para salir!
- Hum…Hum…Hum… De la gran fuerza que hizo salió despedido de la flor, pero con dos pétalos pegados. - ¡ Meeee caiiigo! ¡ Meee vooooy a maaaaatar!- gritó Mario - Esss muuuy aaaalto.
- ¡Muévete! - ¡dijo la rosa. Y Mario se empezó a mover y se movieron los pétalos, y Mario empezó a planear. ¡Vuelo! ¡Vuelo! ¡Vuelo! - dijo Mario. Y moviendo los pétalos, se fue volando hasta su casa.
Mario se enamoró de una gusanita normal, se casó y sus hijitos nacieron con alas ¡Asà nacieron las mariposas! les quedó el nombre de mari por Mario, rosa por la flor, pero como mi impresora andaba mal no salÃa la R completa, le faltaba una patita y salÃa P, y quedó MARIPOSA para siempre. Y como quedó grabado genéticamente, las mariposas visitan siempre a las rosas.
CARLOS-NAUFRAGO-TINTADELCORAZON
Enviado Por Ana M.