En este cuento, se nos presenta una discusión entre un pino y un manzano acerca de la apariencia de sus respectivos trajes. El pino se siente aburrido con su traje verde todo el año, mientras que el manzano se siente elegante con sus diferentes trajes para cada estación. Sin embargo, el pino no sabe cómo cambiar su apariencia hasta que algo mágico sucede durante la Navidad. Este cuento nos enseña que a veces, la solución a nuestros problemas puede venir de manera inesperada y que, en lugar de compararnos con los demás, debemos valorar lo que tenemos y encontrar la belleza en nuestra propia singularidad.
El Pino Y El Manzano
Cierto día, un pino y un manzano discutían:
Qué pena me das – decía el pino al manzano-. Ahora que llega el otoño, todas tus hojas se pondrán amarillas, se caerán y te quedarás desnudo y seco durante muchos meses.
Es verdad – respondió el manzano-. Tú eres un traje verde todo el año. Eso está muy bien pero es muy aburrido. Yo, en cambio, en otoño llevo un traje amarillo, en primavera me visto de flores y en verano me adornan las frutas. Así que yo soy más elegante que tú. Tengo un traje distinto para cada estación.
El pino ya no supo qué contestar y se puso muy triste.
¿De qué le servía un traje verde todo el año? Eso era muy aburrido. Pensó y pensó la manera de cambiar de traje, hasta que, muy cansado, se quedó profundamente dormido.
A la mañana siguiente lo despertaron unos niños. Cantaban villancicos con zambombas y panderetas. El pino se puso muy contento al verlos, pero más contento se puso aún cuando se vio vestido de bolas de colores, luces y regalos.
Ya no sería nunca más un árbol aburrido. Se cambiaría de traje por Navidad, una vez al año.
El parque de papel
Enviado por Jorge
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Este cuento nos muestra la importancia de valorar nuestra propia singularidad y encontrar la belleza en lo que somos. Además, nos recuerda que, en ocasiones, las soluciones a nuestros problemas pueden surgir de manera inesperada y que debemos estar abiertos a las posibilidades que se presentan en la vida. A través de la historia del pino y el manzano, aprendemos que cada uno tiene su propia belleza y que lo importante es encontrar y apreciar esa belleza en nosotros mismos.