Con esta "canción de navidad" se nos recuerda, que se ha ido olvidando el verdadero motivo de la navidad, y que ya sólo hay consumismo.
Escuchamos hablar de cómo afecta la crisis a la navidad, menos compras, menos regalos, menús más económicos... ¿Es eso lo único qué importa? ¿Es ese el verdadero espíritu navideño? ¿Qué pasa con el bienestar social? Millones de personas viven en pobreza extrema, mueren de hambre a diario, enfermedades insignificantes para muchos de nosotros son mortales para otros. Alguien se acuerda de ellos cuando piensa qué este año se tiene que gastar unos euros menos que el año anterior.
El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación;
y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.
Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.
Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.
Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud;
pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.
Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó:
al que su cotidiana lucha
me da razones para amarle:
a aquel que nadie le cantó.
Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.
Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.