Nuestro cabello es un verdadero activo de belleza y desempeña un papel importante en nuestra moral. Pero no hay pelo bonito sin una rutina de cuidado a medida. Por supuesto, nos gustaría que esto ocurriera de forma natural y sin esfuerzo, pero hay ciertos pasos que hay que seguir para lograr una melena de película. Desde la comodidad de tu casa es muy fácil conseguir un cabello bonito, sin encrespamiento, flexible y brillante, siempre que utilices los productos adecuados, por ejemplo, cepillos de pelo de buena calidad, champú, acondicionador, mascarilla, sérum y planchas de pelo de cerámica de nivel profesional.
Las planchas de cerámica se consideran generalmente las mejores y menos dañinas herramientas para el cabello. Estas planchas producen iones negativos y calor infrarrojo que hidratan el cabello mientras lo alisan. Si utilizas la técnica correcta y aplicas los cuidados capilares adecuados antes y después del alisado, podrás mantener tu cabello suave durante todo el día y protegerlo de los daños causados por el calor. Descubre cómo hacerlo.
Prepara el cabello para el calor
Utiliza un champú y un acondicionador especialmente formulados para dar suavidad y brillo al pelo. No hay necesidad de comprar productos caros y lo que encuentres en tu tienda de belleza o supermercado servirá. Sólo hay que asegurarse de que los productos sean suavizantes o hidratantes.
Escurre tu cabello después de la ducha
Utiliza una toalla para escurrir el cabello, apretando suavemente el pelo por secciones en lugar de frotarlo enérgicamente. De esta forma evitarás que aparezca el encrespamiento después de la ducha.
Utiliza un sérum o acondicionador para proteger tu cabello del calor.
Lo mejor es aplicarlo sobre el cabello húmedo, ya que esto permite que se distribuya uniformemente por todo el cabello sin crear pegotes. A continuación, péinate con un peine de púas anchas.
Los productos con aceite de argán o aceite de coco son conocidos por ayudar a que el cabello se mantenga suave durante todo el día.
Sécate el pelo
Tu cabello debe estar lo más seco posible cuando lo alises. Esto no sólo permitirá que la plancha funcione mejor, sino que también evitará que el pelo sufra daños por el calor y se dañe.
Apunta el secador hacia abajo mientras secas el pelo. Este movimiento de aire vertical en dirección contraria a las raíces ayuda a alisar el cabello.
Selecciona la temperatura más baja posible para el secado. Si tu pelo se riza mucho, sécalo durante más tiempo a una temperatura más baja para evitar que se ondule mientras se seca.
Ajuste de la plancha
Suele haber varios niveles de calor cerca del botón de encendido, para que puedas ajustar el calor que deseas. Cuanto más grueso y rizado sea tu cabello, más alta debe ser la temperatura. Si tu cabello es especialmente fino y frágil, elige la temperatura más baja para evitar daños, lo ideal es no superar los 180º en ninguno de los casos.
Divide tu cabello en varias partes
El número de tramos dependerá del grosor de tu cabello. Lo ideal es que las zonas tengan un grosor de entre dos y cinco centímetros para poder alisar el pelo con facilidad.
Sujeta con una pinza las secciones con las que no estés trabajando a medida que vayas alisando cada una de ellas.
Una forma sencilla de hacerlo es fijar los mechones de pelo que no te interesan en la parte superior de la cabeza o detrás de los hombros. A continuación, toma cada porción de pelo por turnos para alisarlos.
Cómo Utilizar la plancha sin dañar el cabello
Coloca la plancha lo más cerca posible de las raíces, con cuidado de no quemarte. En general, se comienza a dos o tres centímetros del cuero cabelludo.
Aprieta la plancha para que tu pelo quede entre las dos placas calientes y baja por el pelo. El movimiento debe ser suave y uniforme desde las raíces hasta las puntas. Recuerda que no debes dejar la plancha en la misma zona durante mucho tiempo, ya que esto puede dañar el pelo y crear pliegues no deseados.
Para un resultado impecable, trabaja con mechones finos, separándolos de 1 a 2 cm según el grosor del cabello.
Desliza lentamente la plancha desde las raíces hasta las puntas. Si el mechón está perfectamente liso, pasa al siguiente. Si no es así, pasa la plancha por el mismo mechón una segunda vez.
Continuar por todo el cabello, desde la nuca hasta la parte superior de la cabeza. No te preocupes si ves que salen vapores de la plancha. Este vapor proviene de la cerámica caliente que toca la humedad residual de tu cabello. Sin embargo, si empieza a oler a quemado, baja la temperatura de la plancha inmediatamente.
Deja a un lado la sección de cabello que acabas de alisar y luego separa otra parte. Suele ser más fácil rodear la cabeza de lado a lado, en lugar de alisar mechones al azar, para poder separar los mechones alisados de los restantes. Es posible que tengas que cepillar secciones de cabello antes de alisarlas si se han enredado al sujetarlas.
Fijación del alisado
Enciende tu secador de pelo en frío, con la mínima potencia de secado. Pasa bien por el pelo durante un minuto para que quede suave. Si lo prefieres, también puedes utilizar un cepillo grande para ayudarte a realizar un movimiento suave.
Una vez finalizado el alisado, aplica una gota de sérum de acabado en los largos y las puntas para dar brillo y evitar el encrespamiento.
Si es necesario, rocía una capa de laca para fijar el alisado.
Alisar el cabello sin dañarlo tiene una solución muy sencilla: Seguir los pasos del alisado y utilizar una plancha de buena calidad, que no sólo sea fácil de usar, sino también segura y eficaz.