El crecimiento, constituye un aspecto relevante para el apetito de los niños, lo cual muchos padres pasan por alto. En los primeros meses de vida el bebé presenta un alto desarrollo. Cualquier pequeño duplica el peso del nacimiento a los cinco meses, lo triplica al año, pero ya no lo cuadriplicará hasta los dos años de vida.
En algunas etapas del crecimiento los niños se manifiestan inapetentes ¿Cómo dar solución a esa inapetencia? Se debe fomentar el apetito con platos que llamen su atención, mediante el estímulo del ejercicio, o a través de tiempos cortos de las comidas, así como dejándole parte del control de la alimentación al propio niño.
En el proceso de crecimiento humano aparecen dos palabras muy relacionada
pero con distintos significados: Hambre y Apetito.
La primera es un impulso, mientras la segunda representa un hábito que vamos modificando. Hambre es lo que sentimos cuando llevamos muchas horas sin alimentarnos, Apetito es esa fuerza que nos convida a pedir un suculento postre después de una opulenta comida, a pesar de estar llenos.
Muchos de los menores tienen mal apetito porque nunca les han dejado que sientan hambre. Además, el apetito tiene mucho que ver con algunos elementos externos que se han ido repitiendo durante el aprendizaje normal de las costumbres, como son el babero y la mesa.
Lic. Maide Abreu Montero
Lic. En Educación en la Especialidad de Marxismo e Historia
Directora del Proyecto de Locución Infantil "Voces del Futuro"